miércoles, 18 de junio de 2014

Cinco microrelatos irrebatibles

La impresora elegida

Después de mirar en varias tiendas de informática y escuchar a personas que se hacían llamar especialistas del sector, pensé, ¡A la mierda! Y decidí comprarme la impresora que me causó mejor impresión.


Mala elección, Ramírez

Ramírez era un camionero que necesitaba desconectar; todo el día con el camión de arriba a abajo, quilómetros al este, quilómetros al oeste, gasolina entra, gasolina sale. Así que un día decidió ir al cine. Llegó veinte minutos antes a la sesión, se sentó, se acomodó, e intentó relajarse, olvidar el mundo de los camiones. De repente, empezaron los trailers. -¡Hijos de puta!-, exclamó.


El lenguaje es caprichoso

Juanjo era un fanático de la filosofía, de las curiosidades, de enlazar pensamientos y lenguaje. Un día, le comentó a su esposa:
- Cari, ¿te has fijado que la diferencia entre ser libre, o ser un libro, radica en una vocal? Piénsalo. El lenguaje es caprichoso. El zorro es astuto, la zorra, ay, la zorra, es muy diferente. ¿Lo has pillado? Piénsalo, cari, piénsalo.
- Juanjo, cariño, ¿te has fijado en que la diferencia entre dormir o no dormir, radica en que tú te calles de una puta vez?


Salvando el Amazonas

Escuché que estaban matando el Amazonas, que cada vez más, estaba en peligro de desaparecer. ¿Cuántas veces nos cruzamos de brazos ante tantas circunstancias? Entonces, yo quise reaccionar, aportar mi granito de arena. Así que, esa misma tarde, entré en el portal y me compré un Kindle Fire HDX y cuatro libros al azar. Dos semanas después veo que el portal sigue en marcha. ¡Tu también puedes ayudar!


El destino está marcado

Dos de mis mejores amigos, Luis y Ana, eran de aquellas personas que creían que las cosas no pasaban por casualidad. Que si se caía la sal en la mesa, era porque una desgracia iba a suceder. Que si la fecha de nacimiento de uno, coincidía con algún hecho concreto, no era por azar, era por destino. Todo era por evidencia, nada por casualidad. Ahora, viven en Luisiana.